Académicos PUCV buscan poner en marcha el primer centro especializado en óptica adaptiva a nivel regional

El inédito proyecto, que lleva por nombre Centro de Óptica Adaptiva de Valparaíso (CAOVA), busca posicionarse como un pilar fundamental en la exploración y generación de conocimiento relacionado a la investigación multidisciplinaria en óptica.

El Dr. Darío Pérez, del Instituto de Física (FIS) de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV), junto al Dr. Esteban Vera, de la Escuela de Ingeniería Eléctrica (EIE) de la misma casa de estudios, se encuentran trabajando en la creación y puesta en marcha del primer centro especializado en investigación de óptica adaptiva a nivel regional y nacional, el cual llevará por nombre Centro de Óptica Adaptiva de Valparaíso (CAOVA).

Dicho espacio, que cuenta con el financiamiento de un Fondo Quimal de Astronomía -QUIMAL 190002- de CONICYT, agrupará las labores de investigación que ambos académicos realizan al interior de sus respectivos laboratorios: el laboratorio de óptica estadística y atmosférica del FIS y el laboratorio de optoelectrónica de la EIE.

En vistas del lanzamiento de dicho centro, los investigadores comentaron sobre las expectativas que tienen para este proceso:

¿Cómo nace la idea de este proyecto?

Esteban (E): Esto nace de identificar una necesidad a nivel nacional. Básicamente somos los únicos a nivel universidad que investigan en óptica. Habíamos viajado a Paranal hace un tiempo y fue ahí donde nos dimos cuenta de las necesidades que este gran observatorio tiene en óptica, óptica adaptiva y la relación con la universidad, que es muy poco.

Con la llegada de los telescopios gigantes, habrá una gran demanda de ingenieros preparados en electrónica y óptica, que puedan entender todo esto de la óptica adaptativa, tecnología crucial para que estos telescopios funcionen. Además de eso, se observa gente que se ha especializado a nivel de doctorado en el extranjero, pero que no tiene dónde regresar. En ese sentido, el centro buscará dar oportunidades para que ellos puedan desarrollar investigación de buen nivel, con el apoyo de infraestructura adecuada. Finalmente, el último objetivo es poder entrenar nuevos ingenieros y científicos.

¿Qué áreas de investigación se espera desarrollar y qué desafíos involucra?

Darío (D): Lo que yo he venido haciendo desde hace casi quince años cuando llegué a Chile, es trabajar temas de propagación de luz en medios turbulentos. Que es lo que la atmósfera le hace a la luz cuando entra. Entender qué fenómenos afectan a la luz, entre otras cosas.

Esto surge por los puntos de interés. Esteban tiene una trayectoria en lo que es la implementación de sensores. Entonces, los conocimientos que Esteban tiene de sensado y de optimización, instrumentación, nos hace decir a nosotros “bueno, usemos esto que tú sabes con esto que sabemos de la atmósfera”.

¿En qué estado se encuentra el proyecto y cómo se ve el interés de los estudiantes e investigadores más jóvenes?

E: Está comenzando. Tiene dos etapas. La primera es de implementación, donde tenemos que reformular algunas cosas, comprar equipamiento, entre otros. La segunda es el reclutamiento de investigadores posdoctorales, para que comience a poner en activo el centro. Más adelante, la idea es generar un curso de posgrado relacionado al área. Finalmente, ojalá tener ingenieros graduados en el área, como un gran objetivo también.

D: El interés de los estudiantes ha ido de menor a mayor. Hace años atrás, tenía un alumno de doctorado con un poco de suerte, pero durante el último tiempo cada vez hay más estudiantes que quieren hacer cosas en el laboratorio. Este año por ejemplo, llega un chico a hacer su doctorado, pero que también busca trabajar acá. Creo que es fundamental porque ven que el laboratorio busca resolver problemas que son reales. Desafíos teóricos importantes, pero que están muy cerca del objetivo aplicado, una vez se termina el trabajo científico. Y eso los motiva más.

Los académicos contarán con el apoyo de los estudiantes de posgrado que se desempeñan actualmente como asistentes de investigación, entre los que se cuentan, por parte del laboratorio de optoelectrónica de la EIE, Camilo Weinberger; y por el laboratorio de óptica estadística y atmosférica del FIS, Jharlan Rivero, Marco Sepúlveda y Óscar Acuña.